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Selva
exposición de escultura y dibujos de Silvia Westphalen


Giulio Sangiorgi

Cuando la obra de una artista supera las palabras, se impone la contemplación silenciosa. El lenguaje –engañoso instrumento racional y estructurado– está lejos de descifrar la relación entre Silvia Westphalen y la piedra, ese mundo tan sutil y delicado.

A lo largo de las últimas cuatro décadas, la obra de Westphalen ha transportado a un viaje lítico a lo largo de las eras. En el intento de acercarnos a los misterios de la creación y a los orígenes del universo, su exploración primitiva de la piedra –potente, totémica, primaria– trasciende hasta los del universo interior: el corte primario, umbilical, que forja seres únicos y frágiles. Su obra –recorrido ancestral y reverencia al cosmos– discurre como un río su curso.

La piedra, aparentemente implacable, se rinde, venerada, escuchada, ante las caricias de Westphalen. Tímidas, respetuosas, frágiles, ellas son, a la vez, determinadas y firmes, y tornan en colisión cósmica, potencia y fertilidad. Es la alquimia entre el artista y la materia. La selva le abre un portal creativo. Nace un ecosistema que desafía su dimensión material primaria y la transporta a un universo fino, interconectado, mágico. Westphalen escucha lo que las piedras le susurran para después sublimar sus esencias, plasmando un mundo imaginario, frágil y hermoso que, aunque siempre al alcance, pocos perciben.

Las heridas y los tajos cicatrizan. Las marcas del pasado se van borrando como arena en el viento, y la necesidad de entender se disipa también en una exploración esencial, íntima de la materia. De la tajadura pasada germinan semillas y brotes impacientes. La espiral engendra su universo, rico en vida. Cada pieza nace. Cada veta y tono de la roca se transforman en calidez y gentileza, en caricia del viento que pule las marcas más profundas. Entonces surge una realidad sublime, un planeta en el que flora y fauna, armoniosas, místicas, conviven sutilmente interconectadas. Eclosión y fuente, luz dorada y polvo cósmico, brotan como agua de manantial. La Selva de Silvia Westphalen es espontaneidad pura. En la exploración de la esencia oculta de la piedra, formas de vida carnosas y agraciadas hacen su aparición en el movimiento suave de la brisa.

El contraste con la realidad artificial pareciera ser absoluto. Sin embargo, una sensación lejana, aunque familiar, recuerda la propia sensibilidad olvidada. Cual bandada de aves amazónicas –decenas de especies que se desplazan juntas a diferentes alturas del bosque para alertar peligros mutuamente–, Selva abre los ojos para advertir a los corazones el alejamiento de su esencia y de su origen.

Reexploración en búsqueda de la armonía con el todo, oda a la diversidad, esta muestra recuerda la inagotable fuente de aprendizaje, inspiración y riqueza que reposa en la unicidad de cada ser, que solo puede existir en la delicadeza, en la paz y en el respeto. Así, Westphalen desaparece en su gesto, mimética, mensajera cósmica, parte del ecosistema, galápago que recorre el bajo bosque sigilosamente, expresando sabiduría ancestral. Ya no hay espacio para el ego, ni para las marcas del hombre; pura curiosidad, sensualidad, fertilidad; interconexión entre formas de vida, frágiles, ligeras, cálidas, suculentas, perfectas; rocíos de madrugada y cantos del sapo sabio al pie del árbol de la vida.

Selva, belleza simbiótica que impacta, alimento privilegiado para los ojos y el alma, trae el mensaje secreto del bosque, un canto de paz y de amor a la naturaleza y a todas sus criaturas. Melodía pétrea que invita a aprender a convivir en armonía, apreciando cada instante el planeta excepcionalmente gentil que acoge, antes de que sea demasiado tarde.

Silvia Westphalen (Roma, 1961)

La obra de Silvia Westphalen, reconocida artista peruana, destaca sobre todo por su trabajo de escultura en piedra, así como el dibujo. Entre los años 1963 y 1992 vivió sucesivamente en Lima, Roma, Ciudad de México, y en las ciudades de Lisboa, Lagos y Évora, en Portugal. Frecuentó durante tres años el Centro de Arte y Comunicación Visual de Lisboa (AR.CO) y, en 1982 llevó el curso de Experiencias Plásticas en la Sociedad Nacional de Bellas Artes de Lisboa. De 1983 a 1986 trabajó bajo la orientación del escultor João Cutileiro, y ese último año participó en el II Simposium de Escultura de Durbach, Alemania. Entre 1986 y 1992 dirigió el Departamento de Escultura en Piedra del Centro Cultural de Évora, Portugal. En 1989 recibió el Primer Premio de Escultura del Programa Cultura y Desarrollo del Club Portugués de Artes e Ideas. En 1991 fue invitada por el Instituto Cultural de Macao, China, para dirigir un taller de escultura en mármol. Ha colaborado en montajes escenográficos en el Centro Dramático de Évora y, en 1992, obtuvo una beca de la Fundación Calouste Gulbenkian para un curso de escenografía en París. En 1993 regresó al Perú, donde actualmente reside. Desde el año 2007 ha estado recorriendo la Amazonía peruana.
Artista ganadora de la I Bienal Nacional de Lima 1998. Obtuvo, en 2011, una residencia en el Vermont Studio Center y, en 2013, fue invitada como conferencista al Pratt Institute de Nueva York.
Ha participado, en numerosas exposiciones individuales y colectivas, en las ciudades de Lisboa, Oporto, Coimbra, Frankfurt, Madrid, Rio de Janeiro, Santiago de Chile, Lima, Arequipa, Nueva York. Ha realizado, en Lima, una escultura mural para la capilla de la parroquia de Nuestra Señora de la Reconciliación, en Camacho. Y ha ejecutado, en 2018, un gran mural para el hall del edificio empresarial de Primera Visión, en San Isidro.
Entre sus muestras más recientes, en Lima, se cuentan su exposición antológica “Las edades de la piedra”, en el ICPNA de Miraflores, (2017); “Suculentas”, en la galería Fórum (2019); “De Voz a Voz”, “Negar el desierto”, en el Museo de Arte Contemporáneo-MAC (2021) y “Selva”, en el Centro Cultural Inca Garcilaso del Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú (2022).

 

 

Fecha

Inauguración: Martes 22 de marzo del 2022, a las 12 horas

Temporada: Hasta el 8 de mayo

Visita guiada: Sábado 7 de mayo, 11:30 am, a cargo de la propia artista.

Horario

De martes a viernes de 10 am a 8 pm; sábados, domingos y feriados, de 10 am a 6 pm.

Ingreso libre

Lugar

Jr. Ucayali 391, Lima.

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Jr. Ucayali 391, Lima, Perú
204-2658
[email protected]
Horario
Martes a viernes
De 10 am a 8 pm
Sábados, domingos y feriados
De 10 am a 6 pm
La entrada es gratuita
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